La legislación concursal contiene derechos, obligaciones e instrucciones procesales para una situación de deudor-acreedor en la que el deudor debe dinero a uno o varios acreedores, que el acreedor o acreedores reclaman.
Se trata, por tanto, de satisfacer a los acreedores que designan a un representante legal de los acreedores para que represente sus créditos contra el deudor concursal. El deudor concursal puede ser un particular o una empresa. El objetivo es recuperar del deudor la totalidad del importe pendiente.
Por otra parte, desde la perspectiva del deudor concursado, el objetivo es establecer la insolvencia y, si es posible, liquidar la deuda con los acreedores extrajudicialmente y obtener una exoneración de la deuda residual. Este servicio de reorganización pretende salvar al deudor de la insolvencia (privada) y, en lo que respecta a las empresas, también entra dentro de la creciente iniciativa de la UE para la reestructuración previa a la insolvencia.
La pandemia de coronavirus está obligando a innumerables empleados del sector servicios y empresarial a emprender enormes medidas de gestión de crisis. Aunque la jornada reducida mantiene a flote a muchas empresas, sigue habiendo casos desafortunados en los que muchas tienen que ondear la bandera blanca. Si pertenece al sector minorista y su negocio se ve amenazado por los cierres, podemos ayudarle. Juntos aseguraremos su existencia y le ayudaremos a volver a ponerse en pie.
La condonación de la deuda residual significa que, al final del procedimiento de insolvencia, el deudor queda liberado de las deudas restantes que aún no ha reembolsado. Aunque se ha decidido acortar a tres años el procedimiento de exoneración de la deuda residual, el deudor debe seguir cumpliendo sus obligaciones. Si durante la fase de buena conducta surgen complicaciones que no puede resolver por sí mismo, estaremos encantados de ayudarle.
La declaración de insolvencia puede gestionarse a través de medidas de reorganización adecuadas, como la insolvencia en régimen de autoadministración. En la autoadministración, el deudor conserva el poder de disposición sobre su empresa. A diferencia de los procedimientos de insolvencia convencionales, en los que la dirección de la empresa cede el control al administrador concursal, el poder de disposición sigue siendo de la dirección. El procedimiento de autoadministración puede organizarse de forma jurídicamente segura con apoyo profesional.
El Código de Insolvencia es una ley que regula la ejecución colectiva durante los procedimientos de insolvencia. La ejecución colectiva significa que todos los acreedores son satisfechos por igual con los activos del deudor. Por un lado, esto garantiza que los créditos del acreedor y del deudor se satisfagan por igual y, al mismo tiempo, asegura los ingresos necesarios para la subsistencia del deudor. Si tiene alguna pregunta, estaré encantada de ayudarle a aumentar sus posibilidades de empezar de nuevo sin deudas.
Si un particular es insolvente o está sobreendeudado, puede solicitar la declaración de insolvencia personal. Sólo pueden inscribirse los particulares insolventes que no hayan trabajado por cuenta propia ni lo hagan en la actualidad. Si desea solicitar la insolvencia personal o necesita un certificado por su intento fallido de liquidación, le recomiendo que se ponga en contacto conmigo lo antes posible para que pueda evaluar su situación y asesorarle sobre cómo proceder.
Los acreedores de deudores en crisis o ya insolventes a menudo se sienten abrumados sobre cuál es la mejor manera de comportarse con el deudor. La ejecución de los créditos contra deudores insolventes es difícil, ya que el deudor puede hacer valer los créditos por daños y perjuicios a pesar de la insolvencia. Como su asesor jurídico, le ayudaré como acreedor a hacer efectivos sus créditos en el procedimiento de insolvencia y a realizar al menos una gran parte de los daños y perjuicios.
La principal preocupación de nuestro bufete de abogados es evitar la insolvencia, asesorarle en materia de insolvencia y reestructurarle, para que no llegue a la situación de procedimiento de insolvencia en primer lugar o, al menos, salga libre de deudas y más fuerte para el futuro mediante un plan de liquidación de deudas. La cuestión deudor-acreedor aborda aspectos de gestión empresarial, derecho fiscal, derecho de sociedades y derecho de impugnación, todos los cuales deben combinarse en su interés. Además de conocimientos profesionales, también se requiere una labor comunicativa y mediadora, que influye notablemente en el éxito de su mandato.
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